Ya estaba dormida
la Bella Durmiente.
Ya estaba dormida
pero de repente:
-Papá, trae más ropa,
que no estoy caliente.
El rey la ha arropado
dulce, dulcemente.
Se ha vuelto a dormir
la Bella Durmiente.
Y ha pasado un rato,
pero de repente:
-Cerrad la ventana,
que hay mucha corriente.
Y acude la reina
diligentemente
para que se duerma
la Bella Durmiente.
Y ha pasado un rato,
pero de repente:
-Quitadme una mosca
que tengo en la frente.
Y a espantarla fueron
muy rápidamente para que durmiera
la Bella Durmiente.
Y ha pasado un rato,
pero de repente:
-Cantadme una nana,
traed caldo caliente.
Cantando y con caldo
fue el mejor sirviente
a ver si dormía
la Bella Durmiente.
Y ha pasado un rato,
pero de repente:
Traedme ovejitas
para que las cuente.
Y de todo el reino
muy pacientemente
llegaron rebaños
hasta la durmiente.
Casi se dormía,
pero de repente,
otra vez se oyó
la Bella Durmiente:
-¡Cuándo está tardando
el Príncipe Valiente!
Entonces un hada
le habló a la durmiente:
-Como no dormías,
niña repelente,
se cambió de cuento
el Príncipe Valiente.
Reinaldo Jiménez Morales
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